18/11/2007

De cómo los perros deben dormir en el suelo.

Ya nos lo enseñó en su día el Capitán Blackadder. A un rey se le saluda en posición de firmes en cuanto se menciona su nombre. Y tod@s l@s niñ@s buen@s de nuestra gran nación, ¡que se dice Eppaña!, debían de estar viendo la BBC en vez de Barrio Sésamo aquél día, porque acudieron obedientes a la cita del ‘por qué no te callas’ con estupenda demostración de patriotismo (obsérvese lo irónico del reciclado de esta palabra, que nació en la época de la Revolución Francesa y la Guerra de Independencia en las colonias inglesas del norte de América, para en dos siglos convertirse en una gilipollez ante la que nos hacen cuadrar l@s poderos@s).

La verdad es que no podría estar más de acuerdo con mis palmer@s conciudadan@s en que al jefe del estado y al exelecto no nos los menta ni dios, de la misma manera en que exigimos al médico que se dirija con respeto a nuestras almorranas y se refiera a ‘ve las estrellas cuando giña’ como ‘siente dolor al hacer de vientre’, y menos aún un sucio dictador muerto de hambre que no se ha jodido porque tiene un poco de eso negro. Bien lo dice Vargas Llosa, que las cumbres iberoamericanas no son para eso, que son para que hablen las personas respetables, las que defienden la libertad (de mercado, ¿o es que existe otra?) y mastican con la boca cerrada. ¿Por qué tenemos que soportar a unos tiranos que nos quieren robar los despojos que con tanto esfuerzo hemos arrancado de las manos de un@s put@s sudacas que no sabrían cómo usar un plato de habas ni aunque les dejáramos quedárselas después de recogerlas? Pero ya hemos tomado medidas y le hemos enseñado al Zapatitos lo que tiene que decir, que nacionalizar no garantiza nada, no como dejarnos seguir haciendo, que garantiza números bonitos en las cámaras de comercio. Y al final eso es lo que tod@s queremos.

Ahora permítanme ustedes exponer mi opinión.

Según lo veo yo, los sectores más desfavorecidos de la población, fuertes debido a su número desorbitado en una Sudamérica con sufragio universal, han llevado al poder a grupos a los que conozco por los nombres de sus líderes Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega etcétera, que se han ganado su confianza con promesas de socialismo, igualdad y antiimperialismo. Desconozco hasta qué punto dichos grupos tienen la intención o los medios para cumplir sus promesas. Lo que sí es evidente, es que los sectores menos desfavorecidos hasta ahora no van a quedarse de brazos cruzados, y que están de hecho luchando a capa y espada por mantener sus posiciones privilegiadas. Casualidades de la historia, son esta vez también los acosados caudillos los que tienen much@s interesad@s a millares en el panorama internacional, mientras que a l@s que no tienen un duro no les hace, como en la canción, caso nadie.

Como, por suerte o por desgracia, convencernos de la maldad de todos estos cabroncetes no es ya tan fácil como vendernos que les van a dejar a los rusos instalar pepinos atómicos por doquier, y el que tengan o no centros para convertir a los disidentes en comunistas mediante repetidas patadas en los huevos no nos parece tan grave desde que nos enteramos de que hay una parte de Cuba que no es Cuba y que secuestrar barbudos para mandarlos allí de vacaciones está bien, una campaña como mandan los cánones es necesaria. Cualquier cosa fea que se pueda decir de ellos se nos dice. Por ejemplo, que Evo (menudo nombre más feo, un poco de travelo pero al revés, habrán dicho algun@s sesud@s opinadores/as, en un momento de sequía argumental) se reúna con electo-dioses del primer mundo vestido como si fuera a recoger a su sobrina al colegio fue motivo de burla e incluso de teatrillos de ‘estamos ofendidos’. Ahora, como a Chávez se la suda que en su día no se sabe quién decidiera que sólo se podía llamar por su nombre a los fascistas que hayan perdido una guerra, se nos habla de respeto, maneras y un pequeño colage de gilipolleces disfrazadas con palabras derivadas del griego, mientras se nos presenta a un últimamente travesuelo producto de la endogamia borbónica como nuevo Capitán Trueno. Y nos regocijamos en la ironía de que sea una defensa de la democracia el que un jefe de estado aristocrático (aristocrático no el estado, sino el jefe) le falte al respeto a otro al que al menos alguien ha votado (única y exclusiva expresión para much@s, la de celebrar elecciones, de la defendida). No nos olvidemos que Hitler también ganó las elecciones. Tampoco nos olvidemos de que era un fascista que..., un segundo, que también está mal que Chávez diga que un fascista es menos humano que una serpiente... Entonces, ¿los fascistas son buenos o malos? ¿Y las elecciones? Bueno, qué más da, el caso es que el barril de petróleo está ya a 100 dólares, que he visto en el telediario que eso es mucho, y el dictador ése (en este caso dictador quiere decir malo, no como en el caso del padre político del Capitán Trueno, que dictaba sin faltas gramaticales) quiere quitarnos las refinerías que nos construyeron los Venezolanos a cambio de un bocata de calamares a la semana para regalarles la gasolina a los cubanos, que total mira para lo que vale si luego no nos dejan entrar a la heladería Coppelia (ya hablaré de esto), con lo malo que es eso para nuestros números.

En resumen, cada un@ que se busque una razón y tod@s a odiar a los que nos mande odiar el profe.

Muchas gracias.